miércoles, 30 de septiembre de 2015

El maltrato sutil


En muchas ocasiones, cuando nos relacionamos con los demás, surgen las descompensaciones y las diferencias. Una relación sana es aquella donde nos relacionamos de igual a igual, cuestión esta a veces difícil de experimentar sobre todo en las relaciones afectivas, donde en la mayoría de las ocasiones surge el miedo, el control y la necesidad de dirigirlo mediante el poder. Las relaciones se ven así descompensadas entre aquellos que esgrimen más poder y aquellos otros que se someten a él, ambos personajes dominados por el miedo, y ninguno hace uso de su verdadero poder personal.

Cuando la relación se ve así descompensada, en muchas situaciones se da el maltrato sutil, en el que desde una perspectiva transaccional, el crítico agrede de una u otra manera al sumiso, y donde a veces estos papeles son intercambiables. El maltrato sutil puede iniciarse con pequeñas bromas que hacen alusión al comportamiento de la persona "débil", a su forma de ser, de vestir, de comer, etc, etc. El maltrato sutil, considero que es el más peligroso, precisamente por ser sutil se va dejando pasar, y si se rechista, el "fuerte" se queja del poco sentido del humor o lo quisquilloso que se muestra su compañero/a, que pasa entonces a sentirse confundida y frustrada.

Otro aspecto de este tipo de maltrato es la crítica y el intento de alejamiento o separación de las personas que llenaban el mundo social de la persona. O incluso, la crítica a la pareja delante de sus amigos, lo cual iría provocando cada vez más alejamiento ya que parece como si la persona dejase de tener valor, ya que hasta la propia pareja ¡le critica y le hace burla!

Este maltrato psicológico y sutil va dejando desarmados a aquellos cuya valoración propia ya es de por sí deficiente. Este proceso pasa luego a una desmejoría física y de rendimiento, que no hará más que engordar el círculo vicioso de las bromas, cada vez más serias y más críticas.

Por tanto, es mejor detectar el primer paso del maltrato sutil y no dejar que avance.

lunes, 7 de septiembre de 2015

La Reeducación Emocional (Primera Parte)


 La reeducación emocional incluye, como primer paso, la toma de conciencia del tipo de consecuencia limitadora  de su aprendizaje emocional, para ello hay que tener en cuenta la clasificación de Niveles de Conciencia Emocional:

 - La persona que es consciente de una sensación corporal.

 - Quien detecta una acción, tendencia positiva o negativa.

- La persona que percibe la emoción y que describe emociones unidimensionales.

- La persona que se da cuenta de las emociones diferenciadas atenuadas y de las combinaciones de emociones.

- Quien es consciente de una diferenciación y combinación de emociones máximas, con distinciones sutiles en calidad e intensidad y es capaz de describir estados más complejos.

- Hay quien no tiene conciencia de ninguna emoción en concreto, puede que en la infancia tomara la decisión de suprimir alguna de ellas, vivida como peligrosa.

- Y hay quien desvía el caudal energético afectivo hacia subsistemas de la personalidad:

 Se puede dirigir hacia un activismo que desvía el contacto con su mundo afectivo o traslada esa energía al mundo mental. Y otra manera de neutralizarlo es agrediéndose corporalmente.

lunes, 15 de junio de 2015

Abrir el Corazón


Al interactuar positivamente con los demás, abrimos nuestros corazones y fortalecemos nuestros lazos con los demás. Todos necesitamos contactos positivos.
En el Análisis Transaccional, la "caricia" es la unidad de interacción con el otro.
Cuando estamos hambrientos de caricias es difícil rechazar una caricia que no queremos. Esa es una razón por la que necesitamos aprender a pedir y aceptar las caricias que queremos. Esto nos mantiene bien nutridos de caricias y así no sucumbiremos a la tentación de aceptar caricias nocivas. Deberíamos rechazar las caricias nocivas, pero cuando nuestro "Padre Crítico" nos insta a rechazar una caricia que deseamos, deberíamos desafiar esa prohibición.
Debemos aprender a desarrollar nuestro "Padre Nutritivo" para construir nuestra autoconfianza.

jueves, 26 de febrero de 2015

Capacidad para reconocer positiva y genuinamente a los demás

Las personas nos sentimos mal cuando nos falta la valoración positiva que los demás pueden darnos.
Las investigaciones al respecto demuestran que la falta de estimulación externa puede producir graves retrasos en el desarrollo psíquico y físico de los niños cuando nacen.

Eric Berné, creador del Análisis Transaccional, acuñó el término "Caricia" para expresar esta necesidad que tenemos todas las personas de que los demás nos tengan en cuenta y determinó que, al igual que el alimento, las caricias son indispensables para la supervivencia.
Caricia es cualquier estímulo que los demás nos dirigen y que no indica que existimos para ellos.
Las caricias pueden ser:

Positivas: cuando nos invitan a sentirnos queridos, atrayentes, capaces, necesarios, protegidos.
Negativas: nos invitan a sentirnos mal: torpes, odiados, etc.
Verbales: las transmitimos por medio de la palabra. Ej:"me gusta eso que has escrito"
No verbales: emplean otras formas de lenguaje: sonrisa, expresión de enfado...
Físicas: implican contacto corporal: una palmada afectuosa o un golpe
Condicionales: dirigidos a un aspecto concreto de la persona. Ej: "no aguanto tu tono de voz"
Incondicionales: se dirigen a toda la persona, independientemente de lo que haga. Ej: "me gustas", "te odio"
Genuinas: se corresponden con el sentimiento de quien las emite.
Falsas: no se corresponden con el sentimiento de quien las emite.