jueves, 26 de febrero de 2015

Capacidad para reconocer positiva y genuinamente a los demás

Las personas nos sentimos mal cuando nos falta la valoración positiva que los demás pueden darnos.
Las investigaciones al respecto demuestran que la falta de estimulación externa puede producir graves retrasos en el desarrollo psíquico y físico de los niños cuando nacen.

Eric Berné, creador del Análisis Transaccional, acuñó el término "Caricia" para expresar esta necesidad que tenemos todas las personas de que los demás nos tengan en cuenta y determinó que, al igual que el alimento, las caricias son indispensables para la supervivencia.
Caricia es cualquier estímulo que los demás nos dirigen y que no indica que existimos para ellos.
Las caricias pueden ser:

Positivas: cuando nos invitan a sentirnos queridos, atrayentes, capaces, necesarios, protegidos.
Negativas: nos invitan a sentirnos mal: torpes, odiados, etc.
Verbales: las transmitimos por medio de la palabra. Ej:"me gusta eso que has escrito"
No verbales: emplean otras formas de lenguaje: sonrisa, expresión de enfado...
Físicas: implican contacto corporal: una palmada afectuosa o un golpe
Condicionales: dirigidos a un aspecto concreto de la persona. Ej: "no aguanto tu tono de voz"
Incondicionales: se dirigen a toda la persona, independientemente de lo que haga. Ej: "me gustas", "te odio"
Genuinas: se corresponden con el sentimiento de quien las emite.
Falsas: no se corresponden con el sentimiento de quien las emite.

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