Mapa es el conjunto de experiencias que posee cada persona: creencias, valores, criterios... que dan forma a su modo peculiar de comprender el mundo y su relación con él. En base a esto, cada uno percibe una realidad subjetiva que nada tiene que ver con los hechos objetivos. Cada uno cree que su mapa es el único real posible y aceptable.
Pero lo que percibimos es sólo una parte de una realidad mucho mayor, de la que no sabemos nada, ya que nuestra comprensión está velada por los límites de nuestro propio mapa.
La Realidad sólo es cognoscible cuando se trascienden los mapas y la personalidad. No hay personalidades mejores ni peores, cualquiera puede ser un santo o un demonio, el potencial está ahí, sólo hemos de activarlo en una dirección u otra.
Las circunstancias no son las que nos impiden avanzar, si no nuestras autolimitaciones. Hay vías para alcanzar los estadios de superconsciencia próximos a la Esencia, mediante el trabajo que toma contacto con los aspectos superiores de nuestra mente.
Nuestros mapas de la realidad (maneras de ver el mundo) están formados con programas neurolingüísticos integrados en nuestro sistema neurológico y lingüístico, tan arraigados que forman parte de nuestro subconsciente.
Una forma de trabajar para limpiar el subconsciente está en la PNL y en el Eneagrama, o en la combinación de ambas disciplinas.
Ampliar nuestros mapas de la realidad nos permite la liberación de las autolimitaciones creadas en la más tierna infancia debido a la relación con nuestros padres o adultos de referencia.
