Los que están abajo parten de la posición "yo estoy mal" y sus juegos son defensivos: culpabilizantes, propios de la víctima perseguidora, o revanchistas, propios del Niño Rebelde Vengativo. También desde aquí se juegan juegos de desgaste, cuyo fin es perder el tiempo y la energía de quienes están arriba.
Los que están arriba parten de la posición existencia básica "yo estoy bien/tú estás mal" y, con sus juegos, pretenden canjearse un cupón rojo de superioridad, triunfo o ganancia a costa del otro.
Los juegos de esta índole son violentos, utilizan la agresión, la coacción directa u otros sistemas manipulativos encaminados a preservar la posición relativa de privilegio y las ventajas que reporta el "poder de hacer a costa del otro".
En definitiva, un juego de poder es toda relación que está encaminada a limitar al otro. Mediante ellos buscamos cambiar a los demás o les impedimos cambiar, aún a pesar suyo.
Características:
- Se desencadenan con gran rapidez.
- Concluyen en violencia verbal o física.
- Proveen a los jugadores sensaciones fuertes y desagradables.
Hay juegos de poder que realizamos conscientemente, tras una decisión precisa y concreta: son "maniobras de control" mediante las cuales una persona se propone forzar a otra, utilizando medios idóneos para ese fin, como puedan ser la tortura, los golpes, el bloqueo económico, el chantaje, las amenazas, el uso de la información de modo persecutorio, etc.
Tras esta acción, la relación viene a ser opresiva, limitadora y empobrece a las personas involucradas, tanto sea el "ganador" como la"víctimas" de la escalada.
Desde la posición de arriba, se experimenta la sensación de triunfo: se hace sarcasmo y menosprecia al contrario. Desde la de abajo, se suceden los tiempos de silencio, el retraimiento, la resistencia pasiva, la rebeldía abierta, la desgana y la inhibición como "modo de estar" frente a la maniobra.
Silvia Ramírez
Piscóloga & Coach
Análisis Transaccional
699 894 562
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